Con apenas 21 años, la joven británica Mary Shelley (1797-1851) no sabía que su nombre pasaría a la posteridad literaria al concebir desde lo más profundo de su ser una de las historias más características, con permiso de Oscar Wilde y Bram Stoker, de la literatura anglosajona y del género del terror gótico: Frankenstein o el moderno Prometeo. Muchas películas han adaptado este monstruo, desde un encuentro indirecto en El espíritu de la colmena, como a la que contaba con Robert de Niro como el propio Frankenstein.
Pero hoy vengo a hablar de Mary Shelley, de su autora, y de Haifaa Al-Mansour, la cineasta árabe encargada de llevar a la gran pantalla la vida de la escritora. Parece que todo lo relacionado con su nombre está ligado a Frankenstein, pero hubo detalles importantísimos de su vida que calaron hondo en su ser y en su imaginación; hechos factibles para dar vida a sus más profundos terrores.
El próximo 15 de julio se estrena Mary Shelley, biopic que narrará la relación amorosa entre la autora y el poeta romántico Percy Bysshe Shelley; cuya relación dio como resultado la escritura de una de las novelas más importantes de la literatura que en 2018 cumple doscientos años. Aunque, amén de la verdad, también tuvieron que ver otros elementos como la reunión de amigos en una casa cerca del lago Lemán (Ginebra, Suiza), donde una apuesta literaria fue el germen de todo.
Mary Wollstonecraft Godwin será el personaje principal interpretado por Elle Fanning (Super 8), mientras que Percy Bysshe Shelley tendrá vida por medio de Douglas Booth (Orgullo y prejuicio y zombies). Ambos sienten un flechazo inmediato al conocerse y ante la oposición de la familia de Mary a su noviazgo, la pareja decide huir, acompañados por la hermanastra de ella, Claire (Bel Powley). En el siglo XIX, la sociedad previctoriana concedía un nulo valor a las mujeres escritoras, como el caso de Shelley, quien se vio obligada a luchar contra esos prejuicios para forjar su propia identidad.
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