viernes, 24 de octubre de 2014

Crítica de 'Lasa eta Zabala'


El mundo de ETA y la situación del conflicto vasco y la lucha armada han sido llevados en infinidad de ocasiones a la gran y pequeña pantalla. Desde las históricas Operación Ogro (1979, Gillo Pontecorvo), La fuga de Segovia (1981, Imanol Uribe) hasta las modernas El Lobo (2004, Miguel Courtois), Todos estamos invitados (2008, Manuel Gutiérrez Aragón) o El asesinato de Carrero Blanco (2011, Miguel Bardem) en televisión, pasando por la vertiente documental, de una gran valor y contenido menospreciados –o ninguneados– por la crítica, como Euskadi hors d’État (1983, Arthur MacCaig), La pelota vasca (2003, Julio Medem) o Asier ETA biok (2013, Aitor y Amaia Merino). A comienzos de los ochenta, el cambio promovió el ascenso de los socialista de Felipe González, con la posterior aparición de los GAL, cuya historia saltó sin red al cine en 2006 dirigida por Miguel Courtois y protagonizada por Natalia Verbeke, José García y Jordi Mollà, convirtiéndose en algo paupérrimo, en un mal chiste que no alcanzó el aprobado para presentar los hechos de uno de los casos que escandalizaron a la opinión pública. Esa película pasó por alto uno de los episodios más importantes del contraterrorismo, que movilizó a la sociedad vasca en los ochenta y noventa: la desaparición de Joxean Lasa y Joxi Zabala, dos jóvenes integrantes de ETA y refugiados en Baiona (Iparralde), el 16 de octubre de 1983, cuyos cuerpos aparecieron en una fosa de Busot (Alicante) dos años más tarde, pero que no fueron identificados hasta una década después gracias a la labor del comisario Jesús García y del antropólogo forense Francisco Etxeberria.

Treinta años después de los hechos iniciales, el director Pablo Malo, ganador del Goya al Mejor director novel por Frío sol de invierno (2004), realizó el filme que abordaba las circunstancias de las desapariciones de Lasa y Zabala, las torturas recibidas en el Palacio de la Cumbre por los hombres del general Rodríguez Galindo, sus ejecuciones, el descubrimiento de los cuerpos y el posterior sumario del caso que desencadenó en el juicio celebrado contra los detenidos en el 2000. Presentado en la pasada edición del Zinemaldia, han sido muchas las voces en su contra por reabrir viejas heridas y rebuscar en los recovecos más bajos de la política creada para intentar poner fin a ese Síndrome del norte, a la escalada terrorista y a buscar el apoyo galo. Pero es precisamente ahí, donde se juntan todas las críticas, donde más grande ha sido el trabajo tras las cámaras de Pablo Malo, pero también el de Unax Ugalde (No controles), interpretando a Iñigo Iruin, el abogado abertzale que sentó en los banquillos a Galindo, Vaquero, Elgorriaga, Dorado y Bayo por el caso Lasa y Zabala. La película está marcada durante todo el metraje por la tensión que emana en cada escena, bien por la fuerte banda sonora de Pascal Gaigne como por las presiones que los mismos protagonistas sufren en sus carnes; así como por la dureza, aunque suavizada para llegar a las salas, que no se corta en mostrar momentos de bastante violencia hiriente.

Los grandes aciertos de Lasa eta Zabala han sido dotarla de la forma propia de un thriller, con fotografía de Aitor Mantxola; llevarla a cabo intercalando castellano y euskera, que si bien a algunos les puede chirriar, es la única forma de mostrar en crudo muchos detalles de la película; y rodarla en los lugares originales donde ocurrieron los hechos (Baiona y Tolosa, principalmente), dándole la atmósfera necesaria que se busca plasmar para calar hondo en el espectador. Completando plantel, destaca el personaje de Fede (Iñigo Gastesi), un tipo más racional que busca llegar al fin correcto, lo que contrarresta la balanza con los motivos que empujan al que interpreta Ugalde. Así mismo, los jóvenes valores de Jon Anza (Lasa) y Cristian Merchan (Zabala), que, aunque secundarios, se encuentran presentes en cada momento. En la parte opuesta, unos acertados Ricard Sales (Dorado), Javier Mora (Vaquero), Oriol Vila, cuya perturbación del personaje de Felipe Bayo se ha moderado notablemente, Iñaki Ardanaz, que pone la nota de humanidad entre tanta falta, y Francesc Orella en un reconocible general Galindo, patriota de galones y nostálgico de la vieja guardia que pone el adulterado sentido del deber por encima de todo, y que, en la medida de la adaptación, recuerda al original, cuyo ego y sinsentido saltó en el juicio del 2000. Lasa eta Zabala puede pasar por ser una película que no todo el público digiera bien, pero más allá de las críticas negativas hacia la misma, resulta ser un filme notable, valiente y, ante todo, necesario.

Datos a tener en cuenta:
Director: Pablo Malo
Reparto: Unax Ugalde, Francesc Orella, Oriol Vila, Jon Anza, Cristian Merchan, Ricard Sales, Javier Mora, Iñaki Ardanaz, Pep Tosar, Aitor Mazo...
Género: thriller
Nacionalidad: española
Estreno en España: 17 de octubre de 2014
Duración: 105 minutos aprox.
Clasificación: no recomendada para menores de 18 años
Valoración personal: 8,5

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