miércoles, 25 de julio de 2018

Agárrame esas secuelas: 'Godzilla II - Rey de los Monstruos'


Segundas partes no son buenas. Frase lapidaria donde las haya que ha llevado a que todo cinéfilo tema encontrarse con una secuela de cualquier entrega cinematográfica en cartelera, pues parece que el ritmo de la misma baja bastante en comparación con su predecesora, que partía de cero, sin nada a qué agarrarse. Secuelas, esos hermanos pequeños que hay que quererlos porque forman parte de la familia, pero quizá no son el hijo favorito de los papis. Incontables son los casos en los que una continuación, un "incorpore aquí título" añadido de un 2 ha sido signo de mal fario.

La máscara 2, Grease 2, Chicas malas 2, Blues Brothers 2000, Men In Black 2, Instinto básico 2 (mátame camión), Regreso al planeta de los simios, Psicosis 2, RoboCop 2, Tiburón 2, Solo en casa 2, Gremlins 2, Zoolander 2, Matrix Reloaded o Isi/Disi 2 (tirando a lo patrio) son algunos de los breves, brevísimos ejemplos, de dicha frase.

No obstante, las excepciones a la regla las hay, y es menester poner una lanza donde se merece por aquellas obras, bien con el mismo equipo de la primera o con cambios diversos, que de verdad quisieron hacer un buen trabajo y persiguieron perfeccionar lo bueno de la primera y dejar un buen sabor de boca al espectador con una segunda. Otro negocio al que no entraré es el económico, pues es bien sabido que en una industria donde Don Dinero manda, a veces el producto se mata y se vende su carne putrefacta porque los compradores, cuales zombies, están enganchados a esa carne rancia.

Pero pongámonos en situación y en el contexto del porqué de esta entrada. Nada más y nada menos que la secuela de algo que se podría haber quedado como algo único, y que como pieza independiente me pareció un trabajo no bueno, pero sí interesante de llevar a la gran pantalla. La recreación, por "enésima vez", de Godzilla, en la ocasión de 2014 por Gareth Edwards fue un trabajo oscuro con buenas intenciones, si bien el recuerdo de la infancia con la película de Roland Emmerich de 1999 lo dejaba en un mal reboot.

Sin meterme a valorarla en fondo, fue conocer estos días el primer tráiler descubierto por Warner Bros. de su secuela, Godzilla II - Rey de los Monstruos, lo que despertó en mí la lapidaria frase tan reconcomida y sabelotoda. ¿Hacía falta? ¿Era necesario? ¿Tendrá interés? Edwards pareció verle las orejas al lobo y se apeó del proyecto, que recoge Michael Dougherty. Un pequeño vistazo al tráiler y se te cae el mundo encima. No sólo por ver a la protagonista de Stranger Things, sino por ver un cúmulo de escenas superpuestas que no llevan a nada, en el que toda ficción parece irse al garete cuando te encuentras a Godzilla como canalizador de los males del mundo, como único ser capaz de poner en orden al resto de monstruos que desestabilizan a la Tierra.

El proceder de dicha secuela sólo responde al ímpetu de Warner Bros., que buscará después de esta segunda entrega, coprotagonizada por Vera Farmiga, Ken Watanabe, Sally Hawkins, Kyle Chandler o Bradley Whitford, unirla con la plataforma de Kong para llevar a un enfrentamiento entre ambos mastodónticos gigantes en la gran pantalla. Algo que se podría evitar, pero ya se sabe.

El vistazo inicial a Godzilla II deja bastante que desear y un eco en el recuerdo de mi infancia a una, curiosamente, secuela, que me parece acertado añadir aquí, pues el tráiler de este rey de los monstruos me ha rememorado a Lugia y a su papel en Pokèmon 2: El poder de Uno. Aquellos fans del mundo de Ash Ketchum y Pikachu sabrán la importancia que tenía el legendario Lugia para poner paz entre tres pájaros egocéntricos como eran Zapdos, Articuno y Moltres, cuyos elementos (trueno, hielo y fuego) desestabilizaban el ecosistema del mundo. Justo como los antagonistas de la película.

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