domingo, 18 de marzo de 2012

Una actriz en progreso, Natalie Portman


JON BURGOA | Madrid
Si a la gente se le preguntara por el nombre de
Natalie Portman, muchos afirmarían conocerla. Coincidirían que es una actriz, incluso añadirían que tiene un galardón de la Academia en su haber, pero pocos conocen su trayectoria más allá de un par de películas. Jovial, positiva, atractiva y polifacética; lo mismo te hace un papel dramático que cantarte un rap, como demostró en Saturday Live Night. Varios se acordarán por su papel de reina Amidala en la segunda trilogía de
Star Wars de George Lucas, así como de Evey Hammon en V de Vendetta o Jane Foster en Thor. Nominada en dos ocasiones al Óscar, en 2011 se alzó con la estatuilla por su papel de Nina Sayers en Cisne negro, de Darren Aronofsky. A sus treinta años, ha protagonizado más de una treintena de películas y tiene la carrera de Psicología por la Universidad de Harvard. En España, su voz ha sido doblada por las actrices Nuria Trifol y Graciela Molina.

Natalie Hershlag, nombre original de la actriz, nació en Jerusalén (Israel) en 1981; hija de un médico israelí y un ama de casa estadounidense, a los pocos años de su nacimiento decidieron emigrar a los Estados Unidos, ostentando ella la doble nacionalidad, aunque mantiene sus lazos de sangre muy presentes con Israel.
Como judía no practicante que es, se mostró bastante indignada con las declaraciones que, en estado de embriaguez, soltó el diseñador John Galliano en un café parisino ante una pareja que grabó la escena. Sus comentarios antisemitas hicieron mella en la modelo de la compañía Dior, imagen de la campaña publicitaria de su perfume Miss Dior Cherie. “A la luz de este vídeo, y como una persona que tiene orgullo de ser judía, no me asociaré con el señor Galliano de ninguna manera”, declaró.

Sus comienzos fueron brindados con grandes compañeros de rodaje, de la talla de Gary Oldman, Robert de Niro o Tim Burton. En 1994, además de Oldman compartió plantel con Jean Reno en Léon, donde realizó una versión del éxito de Madonna 'Like a Virgin'; 1995 junto a de Niro y Al Pacino en Heat, y en 1996 en el papel de una chica madura, inteligente y amante del teatro shakesperiano, en Beautiful Girls, con Uma Thurman y Matt Dillon.

Poco después, Woody Allen contó con ella para la comedia Todos dicen “I love you”, para un papel secundario. A su corta edad, esta interpretación fue una prueba a superar, debido a la presión que era trabajar con Allen, quien dejaba rienda suelta a la interpretación de sus actores para conseguir mayor profundidad en los papeles, algo que sentó las bases de su futuro artístico. Tras su paso por Mars Attacks! (1997), con Tim Burton; en 1999 tuvo su primera nominación en los Globos de Oro por A cualquier otro lugar, con Susan Sarandon. La presión a la que se vio sometida, tanto por su representante como por su familia, pudo derivar su desarrollo en esta etapa.

El salto internacional
Con todo ello, en 1997 George Lucas planteaba su vuelta a las galaxias, al querer explicar en otra trilogía los orígenes de La guerra de las galaxias, remontándose a la vida de Anakin Skywalker, en el que el papel de Natalie Portman, la reina Padmé Amidala, fue fundamental. Antes del cambio de siglo Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma veía la luz. Con 19 años rodó la segunda parte, El ataque de los clones (2002) y finalizó la trilogía con La venganza de los Sith a los 22, inmersa en sus estudios de Psicología, los cuales terminó al año siguiente de su estreno.

La gran sorpresa llegó con su madurez física y artística al participar en la película Closer, junto a Julia Roberts, Jude Law y Clive Owen, por la que ganó su primer Globo de Oro y una nominación en los Óscar, y aunque no se alzó con la estatuilla, este personaje seductor volvió a reivindicar su posición de actriz revelación. Esa continuidad se reflejó con V de Vendetta. Para su papel, en las últimas semanas de rodaje, hubo de raparse el pelo, como haría Nerea Camacho para Camino, por exigencias del guión. Lo que al principio quedó en un temor por prescindir de su melena, quedó en una buena anécdota, al quedar encantada con el cambio de look.

Transición

Tras el estreno de Star Wars: Episodio III – La venganza de los Sith el mismo año que
V de Vendetta, la carrera de Natalie Portman entró en una época de transición en la cual siguió aprendiendo de la profesión. En 2006 surgió el proyecto de Paris, je t’aime, un conjunto de cortos en los que participaron actores de renombre (Gérard Depardieu, Elijah Wood o Steve Buscemi) con diversos directores, como los hermanos Coen o Isabel Coixet. Natalie Portman participó en un corto en el que daba vida a la joven actriz estadounidense, buscando el sueño de triunfar, apoyándose en un joven invidente que conoce en París. No sería su primera experiencia en este formato, ya que años después participaría, y dirigiría, en un corto de New York, I love you; un remake a la americana del anterior.

Tuvo un breve periplo por España, al grabar
Los fantasmas de Goya (2006), de Milos Forman, junto a Javier Bardem y Blanca Portillo, dos años después volvía a enfrascarse en una película histórica al encarnar junto a Scarlet Johansson a las hermanas Bolena, con Eric Bana como Eduardo VIII de Inglaterra. La crítica británica se cebó con dicha película; si bien el guión estaba medio acorde a la realidad ocurrida de las hermanas, que se eligiera a una israelí, una estadounidense y un australiano no sentó nada bien, al preferir muchos a actores nacionales para encarnar a estas tres figuras históricas. Tras el rodaje de Brothers (2009), le llegó su gran oportunidad.

El cisne de Aronofsky
2011 terminó por ser el gran año para la actriz israelí. El año de su película culmen y de su maternidad. A mediados del año anterior comenzaron las grabaciones de
Cisne negro, la última película del director Darren Aronofsky, conocido por su ópera prima, Pi; y por Réquiem por un sueño, y en cuyo rodaje conoció a Benjamin Millepied, bailarín profesional y pareja de la actriz. Portman dio vida a Nina Sayers, una bailarina con la necesidad imperiosa de alcanzar la perfección y triunfar, amansada por una madre dominante (Barbara Hershey) y con un arrogante director artístico, ansioso por sacar el lado oscuro de su diamante en bruto (Vincent Cassel). Con 'El lago de los cisnes’ de Tchaikovski de trasfondo, Portman llegó a la práctica sus estudios de Psicología para indagar en el ente paranormal de la protagonista, logrando una interpretación extraordinaria de una persona obsesiva por luchar contra sus demonios internos, abrazando su lado más oscuro y desbordando su sexualidad autodestruyéndose, pasando de un aspecto virginal y sensible como lo era el cisne blanco a algo desinhibido y fuera de control como el cisne negro.

La crítica aclamó a la actriz por su actuación, llevándose las nominaciones de mejor actriz en los principales certámenes como los Globos de Oro, los BAFTA y los Óscar. Triunfó al llevarse el trío de premios. Muchos dudaban de que asistiera a la gana en Los Angeles debido a su estado avanzado del embarazo, pero finalmente se presentó y fue a recoger el premio de mejor actriz, presentado por Jeff Bridges.

Últimos proyectos
Tras el estreno, sus actuaciones se multiplicaron, llegando a la cartelera en apenas unos meses cuatro nuevas películas. La primera de ellas fue
Sin compromiso, donde ahondaba en la historia repetida de amigos con derecho a roce, esta vez con Ashton Kutcher. Después de ella, le siguió el drama El amor y otras cosas imposibles, la historia de una joven abogada que pierde el bebé que esperaba y su relación con su hijastro. A pesar de que fue producida en el 2009, se pospuso su estreno aprovechando el tirón que consiguió con Cisne negro. Bajó la presión y presentó una historia descafeinada, como lo era Caballeros, princesas y otras bestias, junto a James Franco; a la que le siguió la última estrenada en el 2011: Thor, de la factoria Marvel.

Con respecto a su futuro, Natalie Portman tendrá años de ofertas y ofertas que estudiará para realizar. Tiene el proyecto de la continuación de
Thor 2, así como de dos proyectos, aún sin definir, de Terrence Malick. El primero de ellos sería Knight of Cups, con el que compartiría película con Christian Bale o Cate Blanchett. El segundo es Lawless, junto a Rooney Mara, Ryan Gosling y, nuevamente, Christian Bale.

Con una trayectoria portentosa en aras a continuar creciendo, alabada por la crítica y querida por su público, la estrella de Natalie Portman seguirá brillando mucho más.

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