domingo, 28 de octubre de 2012

Periodistas de bandera

Las mujeres, siempre tan prudentes, hacen gala de su instinto para evitar dar dos pasos en falso, faceta que agradeces en aquellas convencidas de su valía, dispuestas a alcanzar sus objetivos no con la rapidez del momento, sino con la tranquilidad y paciencia, cualidad dichosa según la circunstancia, que da esta autopista de peaje llamada vida. Tienen algo especial: una facultad para responder con sus labios a un sentimiento, un halo de misterio con el que atrapan entre sus miradas mil y un deseos y sorprenden en el momento más inesperado, pero también han demostrado en este mundo raro que su carácter y arrojo las hace únicas. No es menoscabo apreciar en una profesión como es la periodística las ganas que le echan, callando las bocas de aquellos desconfiados de su papel en ella. Muchas de las que conozco empezaron con más ánimo y fuerza que nosotros, y hasta el final me han demostrado que mantienen intacto ese sentimiento del periodismo que circula por sus venas. Que asoman negros nubarrones sobre la profesión no pilla de nuevas a nadie, pero que mantengan la confianza de alcanzar sus sueños da cuenta de su fortaleza, de que ni las más adversas circunstancias pueden doblegar el querer llegar a trabajar de redactora en un medio nacional, locutando su propio programa de radio o viajando de freelance por diversos países.

Con la pluma –y por la tecnología el teclado– y el micrófono como armas de guerra han combatido en tantas batallas como sus compañeros de regimiento. Su mayor presencia en las redacciones y en los informativos de televisión, como el caso de La Sexta que lo tiene como marca de la casa, dan muestra de la importancia de su labor en esta profesión, cuya historia tiene aún una deuda pendiente con ellas. Inmersos en el siglo XXI, ya va siendo hora de dejar atrás el pasado, de romper los lastres que portábamos y deshacerse de las barreras y roles tradicionales con los que aún cargan, de que dejen de ser invisibles para muchos que desde arriba ven la vida pasar. Tarea difícil pero no imposible de realizar; merece la pena hacer valer su trayectoria, desde las pioneras como Pardo Bazán hasta las contemporáneas como Maruja Torres o Elvira Lindo, por las conocidas y por las anónimas. Por todas ellas, pasadas, presentes y futuras periodistas de bandera, mujeres que han dado, dan y darán todo su ser por la mejor profesión del mundo, como la bautizó García Márquez.

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