viernes, 25 de mayo de 2012

'MIB 3': regresan los hombres de negro


No hay dos sin tres. Eso es lo que tuvo que pensar Columbia Pictures, productora de la saga Men In Black, al plantearse una vuelta de tuerca con Men In Black 3, que hoy llega a las salas españolas. Éxito a finales de los noventa, la secuela superó las expectativas en el 2002 colándose como una de las más taquilleras ese año con más de 400 millones de dólares de beneficio. Diez años después de la segunda entrega, el afán por resurgir el mito de los hombres de negro ha vuelto a reunir a Will Smith y Tommy Lee Jones bajo la dirección de Barry Sonnenfeld, nuevamente producida por Steven Spielberg, cuyo feeling con el tema extraterrestre es más que conocido.

Tras salvar a la Tierra y hacer frente al monstruo Serleena, en esta última entrega, J (Will Smith) deberá viajar al Nueva York de 1969 para detener a Boris, un criminal alienígena que quiere asesinar a K (Tommy Lee Jones), cambiando así el devenir de la Tierra. J debe encontrar al joven agente K (Josh Brolin) para detener en algo menos de 24 horas a Boris, o podría quedar atrapado en el pasado para siempre.

Un rodaje atípico 
Al contrario que sus anteriores, Men In Black 3 no tuvo consigo un buen comienzo. En 2010, la productora tenía el objetivo de llevarla a cabo en 3-D, tecnología que sigue sin convencer del todo a la industria cinematográfica por su alto coste y escasos beneficios. Con un rodaje complejo, su postergación obligó a los estudios a ampliar en varias ocasiones su presupuesto, dejando un final superior a los 215 millones (ochenta más que su predecesora).

El segundo problema grave estuvo en el guión. En un principio, Ethan Coen fue el designado para escribir la historia de MIB 3, pero diversas circunstancias llevaron a que fuera cesado y sustituido por David Koepp, quien continuó gran parte del guión según se iban desarrollando las escenas y el planning de rodaje. El afán protagonista de Will Smith, cuya acción recuerda a la polémica en El Príncipe de Bel Air, obligó a relegar a un segundo plano al resto de compañeros de cinta, motivando así diversas reescrituras. El propio Koepp llegaría a decir posteriormente que su trabajo con Sonnenfeld y Smith fue “verdaderamente infernal”.

Estas dos características son los principales problemas que más miedo pueden dar a la hora de vender el producto. Primero: en lo financiero hay que esperar hacer buena caja en el mercado internacional, pero en especial en Estados Unidos. Si en las primeras semanas no se consigue recuperar lo invertido, el estudio podría considerarlo un fiasco. Segundo: si la historia no es buena la gente no irá al cine a verla, lo que remite al primer problema. Estas preguntas sólo se podrán responder tiempo después de su estreno.

De un tiempo a esta parte 
Tras la buena acogida que tuvo la segunda entrega, tanto Sonnefeld como los actores decidieron darse un descanso para dedicarse a otros proyectos. El que mejor aprovechó la ocasión dada por Men In Black 2 fue Will Smith, ya que se sirvió del tirón de la película como trampolín para relanzar su carrera artística con películas como Yo, robot (2004), En busca de la felicidad (2006), por el que recibió su segunda nominación de la Academia tras Ali, o Soy leyenda (2007).

Tommy Lee Jones, por su parte, participó en The Hunted al año siguiente de MIB 2, así como en No es país para viejos (en la que trabajó con Josh Brolin) o En el valle de Elah (2007), por la que fue nominado al Oscar como mejor actor.

Nuevas caras 
Además de Will Smith y Tommy Lee Jones, iconos de la franquicia, así como Rip Torn, que vuelve como el agente superior Z; Sonnenfeld trató de incorporar nuevas caras, muchas de ellas ya conocidas, como Josh Brolin, el agente K (Lee Jones) en su juventud. El que fuera el hermano de Mickey Walsh en Los Goonies (1985), perseguido mucho después por un malvado Bardem en No es país para viejos (2007), regresa con un estilo sesentero a la gran pantalla. Su incorporación no fue la única novedad.
En Twitter Lady Gaga y Justin Bieber confirmaron en sus respectivas cuentas que iban a tener sendos papeles en la película como parte de una familia alienígena de la que también formaría parte el director Tim Burton. Otra cantante que hace acto de presencia es la vocalista de Pussycat Dolls, Nicole Scherzinger, como la novia de J. Además de todos ellos, Emma Thompson (Regreso a Howards End, Love Actually o Harry Potter) y Alice Eve interpretan a la agente O en el presente y 1969 respectivamente.

De por sí, la apuesta con estrellas del pop archiconocidas, a pesar del papel minúsculo que tengan, puede salvar la producción y darle a más de un directivo un respiro, ya que muchos de los fans irán a las salas de cine para ver a sus ídolos, como fue recientemente el caso de Rihanna en Battleship.

Los incondicionales de la saga esperan expectantes su estreno tras una década sin noticias de los hombres de negro: trajeados, con gafas de sol y olvidadores. Aquellos cuya misión de proteger a la humanidad de los seres espaciales sin que ésta se entere tienen ante sí un plus en la gran pantalla, la de cerrar una trilogía que guste a los espectadores. Aunque si las malas críticas salen ¿quién dice que no hagan uso del borrador de recuerdos para evitarlas?
 

1 comentario:

  1. Tengo muchísimas ganas de verla, espero que sea tan buena como sus predecesoras.
    Te sigo, me sigues? Saluditos ;)

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