jueves, 9 de febrero de 2012

La tensión en Malvinas sigue candente


Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Reino Unido pueden volver, una vez más, a pender de un fino hilo. La situación política por las islas Malvinas vuelve a saltar a escena a escasos meses de cumplirse el trigésimo aniversario de la Guerra de las Malvinas. Todo ello desencadenado por la llegada de un buque armado a las islas.

Según Londres, la llegada del destructor HMS Dauntless, uno de los barcos más modernos de la Royal Navy, a las islas, es considerado como parte de un “ejercicio rutinario que llevan planeado desde hace un año”.

Argumentos que en Argentina no se creen, ya que el gabinete de Cristina Fernández lo asume como un nuevo plan de “militarización del Atlántico Sur”, que “implica un grave riesgo para la seguridad internacional”. Dadas las condiciones y las actuales relaciones con el país anglosajón, la presidenta Fernández ha instruido al canciller argentino Héctor Timerman para que presente de manera formal una protesta ante el Consejo de Seguridad y a la Asamblea de Naciones Unidas.

Desde 1833, el archipiélago pertenece a Gran Bretaña. Aunque tuvo pasado español, la situación se vio agravada durante el mandato de Margaret Thatcher, cuando el 2 de abril de 1982 tropas argentinas desembarcaron para hacerse con el control, dando lugar a la famosa guerra de las Malvinas. La situación terminó con la victoria británica; algo que sigue siendo una humillación para Argentina.

Pero, a pesar de ello, no dan por perdida las islas. Su reclamación dura más de siglo y medio, y no hay indicios de que vayan a cesar en su empeño por recuperarlas. Según la presidenta, la posición argentina cuenta con un gran respaldo en la región atlántica. Destaca, además, la continuidad de situaciones de colonianismo en la actualidad. En su discurso ante la nación, mencionó la situación que vive España con Reino Unido por Gibraltar, peñón que el nuevo ministro de exteriores, García-Margallo, ha vuelto a reivindicar tras ocho años de flexibilidad.

Las palabras dirigidas al primer ministro David Cameron por la presidenta dan una vía política abierta para la resolución; “para dar una oportunidad a la paz y no a la guerra”. Aseguró que Argentina continuará “por una vía diplomática” con las demandas hacia Londres para que se siente a negociar sobre la soberanía de las islas; algo que no ocurriría a priori, a pesar de la disposición de Naciones Unidas.

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