miércoles, 13 de enero de 2016

Crítica de 'Los odiosos ocho'


Si la carretera al infierno fuera muy transitada, en mitad de toda la basca de almas penosas, se necesitaría de un apeadero donde echar el último trago antes de perecer terrenalmente o reunirse antes del castigo eterno. Si hubiera una creación a nivel mundano para reunión de esas almas, sin duda, sería articulada por la mente perversa de Quentin Tarantino, y es que el cineasta ha conseguido con Los odiosos ocho llevar al espectador a una nueva y mejorada muestra de su concepto de western, a las puertas del vestíbulo del Infierno con su Mercería de Minnie, un paraje desconocido en el Wyoming de posguerra en el que ocho completos extraños deben pasar horas juntos, atrapados a merced de una ventisca, y rodeados de una intrahistoria y tensión palpable que podría ser otro actor más del elenco. Una puesta en escena donde nada es lo que parece ser ni nadie es lo que dice ser, una única ubicación que mezcla la trivialidad de Gran Hermano con el misterio del Orient Express de Agatha Christie y algunos pasajes de Hasta que llegó su hora de Sergio Leone, entre otras obras, y una música al cargo del legendario Ennio Morricone redondean un filme con el que Tarantino se ha marcado un buen tanto, un pulso con tacto y esencia cinéfila. Una recompensa más que merecida tras las filtraciones que le llevaron a plantearse aparcar para siempre la historia.

Tiempo después de la Guerra civil estadounidense, en Wyoming, una caravana variopinta se ve desviada por una azarosa ventisca de nieve. A bordo de la misma viajan John Ruth El verdugo (Kurt Russell, Death Proof), quien lleva a la prisionera Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh, La señora Parker y el círculo vicioso) a ser juzgada y ahorcada en Red Rock; junto a ellos, van Marquis Warren (Samuel L. Jackson, Django desencadenado), un cazarrecompensas de la Unión, y Chris Mannix (Walton Goggins, The Shield), un renegado sureño que dice ser el nuevo sheriff de Red Rock. Al atardecer llegan a una cantina llamada La mercería de Minnie, donde les esperan otros viajeros de paso, encerrados por el temporal. Bob (Demian Bichir, El puente), el cantireno mexicano, Oswaldo Mobray (Tim Roth, Reservoir Dogs), el vaquero Joe Gage (Michael Madsen, Kill Bill) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern, Nebraska). Sus miembros deberán compartir un escenario que se crece a medida que las puntadas de los mismos empiezan a unirse. Tarantino pudiera pecar de grotesco, gore y racista, pero sus excentricidades han tenido una buena pascua juntos en Los ocho odiosos, donde ha vuelto a mostrar su calidad a la hora de buscar los secundarios elegidos para la gloria de su filmografía, que, a falta de Christoph Waltz, ilustra Jason Leigh, cuyo personaje engancha, cautiva e ilustra su papel de presa como una desquiciada mujer de armas tomar que juega a dos bandas, entre los silencios y un mordaz y ácido humor que la hace única entre la pandilla de hombres de la Mercería de Minnie.

No es que Tarantino pueda considerarse el pater del western en el siglo XXI. El concepto de este género ha quedado ya guardado en el siglo anterior, pero sí que se puede pensar en él como el alumno más avanzado de la clase, el rarito que ha recogido lo mejor de todos los conocimientos y lo ha remezclado con un estilo personal. Y ha mejorado su marca de Django desencadenado, dando una nueva bocanada de aire fresco e igualando los hitos de 1992, con Reservoir Dogs, y en 1994, con Pulp Fiction. Pero como todo, también hay que criticar, dentro del particular mundo que brinda el cineasta de Tennessee, la marca de insubordinación del lenguaje racista. Sin llegar a ser El precio del poder, la película encadena una detrás de otra la palabra "negro" y la hace tan habitual que uno llega a perderse en esa turbulenta paradoja de lo mal hablado, una acción que ya le valió numerosas críticas en los pases previos a su estreno y por parte del Sindicato de Policías. Tarantino ha incrustado en los nevados parajes del Estados Unidos de posguerra la versión americana de sus malditos bastardos europeos, y, amén de las críticas, ineludibles como en tantas otras, también su octava muestra vital por el séptimo arte y la segunda carantoña (directa) al mundo (y submundo) al que dieron vida (y color) Ford, Hawks, Barboni, Corbucci, Leone y Sollima. Aunque amenace con retirarse tras su décima película, ante la posibilidad de que cumpla con lo dicho, habrá que aprovechar al máximo el próximo cine que realice, pues si llega con la misma puntería con la que ha acertado a la diana con Los odiosos ocho valdrá la pena decirle adiós en mayúsculas.

Datos a tener en cuenta:
Director: Quentin Tarantino
Reparto: Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Demian Bichir, Walton Goggins, Tim Roth, Bruce Dern, Michael Madsen, Channing Tatum...
Género: drama, comedia, western
Nacionalidad: estadounidense
Estreno en España: 15 de enero de 2016
Duración: 167 minutos aprox.
Clasificación: no recomendada para menores de 16 años
Valoración personal: 9

1 comentario:

  1. Una película interesante y una propuesta que sólo pudo ser de Tarantino, pues siempre elige a actores que sean capaces de desarrollar un buen personaje. La versatilidad de un actor puede llevarlo al éxito, en esta ocasión Walton Goggins encarna en la serie Vice Principals a un Vicepresidente ambicioso por el poder que se encuentra con Neal Gamby (Danny McBride) y ambos desean ser el Director de la escuela, así que harán todo lo posible por conseguirlo. Dejamos atrás al personajes de Walton en The Shield como Detective o en peliculas como Los odiosos ocho, así nos muestra que puede ir desde lo dramatico y de suspenso hasta lo cómico como en esta serie

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