sábado, 21 de diciembre de 2013

Crítica de 'Stockholm'


Hay veces en las que el séptimo arte te da agradables sorpresas. Y películas como Stockholm, una cinta de bajo presupuesto financiada mediante crowdfunding, demuestran que con relativamente poco se puede lograr un gran resultado. La última cinta del joven director Rodrigo Sorogoyen (8 citas) consigue acertar en la diana al darle la vuelta a la historia tópica de chico conoce chica. Protagonizada por Javier Pereira y Aura Garrido, Stockholm no es lo que a primera vista aparenta ser. Se ha conseguido elaborar una historia profunda que en pantalla alberga aún más profundidad y dedicación. Dada la situación por la que pasa el actual cine español, la película es una apuesta arriesgada, pero inteligente, que sabe jugar magistralmente, y con elegancia -que es más complicado-, sus cartas, obligando al espectador a que se sitúe en el trasfondo en el que discurre, a que analice a conciencia a sus dos protagonistas y a que lea entre líneas los diálogos y haga hincapié en la comunicación no verbal.

Sorogoyen proyecta Stockholm como una película generacional. Pero también como una invitación a contemplar el comienzo de una relación cualquiera, a la par que subraya el peligro que estas corren en la actualidad debido a la superficialidad y al pasotismo con las que muchas veces son tratadas. Nada es lo que parece ser, ahora blanco y después negro. La película tiene una particularidad, y es que es el resultado de dos historias muy diferenciadas que, de no ser por el nexo de unión entre ellas, podrían tirar por caminos diferentes e igualmente serían brillantes. Pero ahí es donde está lo más rocambolesco y brillante de Stockholm: su forma de romperse a mitad de metraje, algo que a muchas películas les falta llevar a cabo. Una particular salida a los acordes de La gazza ladra de Rossini, en el que planos y música cuadran a la perfección, permite mantener el nivel durante la transición que deja una noche de fiesta y da paso a la mañana siguiente.

El merito de que todo encaje, de que cada escena y cada conversación sea cercana al espectador, es de los dos pilares sobre los que se apoya la película: un más que creíble Javier Pereira y una arrebatadora y enigmática Aura Garrido, que ilumina con luz propia una historia plagada de sombras y oscuridad. Es notable el esfuerzo de ambos actores para sacar adelante interpretativamente este proyecto para nada sencillo. Stockholm es una historia de matices, de momentos tan buenos -la conversación en la escalera o la azotea- como corrientes -el paseo nocturno por Madrid. Quizá haya que achacarle una cosa, y de ahí que no ronde la perfección, y es que parece que no le han dedicado una mayor preparación a introducir el final, que una vez ejecutado es perfecto y redondo en sí. Será interesante ver si el cine español se aventura con más proyectos así.

Datos a tener en cuenta:
Director: Rodrigo Sorogoyen
Reparto: Javier Pereira, Aura Garrido...
Género: drama
Nacionalidad: española
Estreno en España: 8 de noviembre de 2013
Duración: 92 minutos aprox.
Clasificación: no recomendada para menores de 16 años
Valoración personal: 9,5

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