martes, 14 de agosto de 2012

Assange sabrá sobre su asilo político esta semana


El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha confirmado en una entrevista a Ecuador TV que su Gobierno está ultimando la resolución con respecto a la solicitud de asilo político de Julian Assange, periodista y fundador de WikiLeaks. Su Ejecutivo ha alegado tanto retraso a la petición debido a la postura adoptada por Suecia, donde reclaman su extradición por varios delitos sexuales.

El que sigue siendo uno de los hombres más temidos por el gobierno estadounidense debido al escándalo de los cables diplomáticos gracias a WikiLeaks, y portada de la revista TIME, lleva refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres desde el pasado mes de junio, temeroso de que Suecia y Estados Unidos coordinen una operación extraordinaria para su extradición.

Assange, interno en el ojo del huracán mediático, odiado por muchos y querido por otros tantos, lleva viviendo estos últimos meses entre la espada y la pared, entre la condena y la resolución por parte de Ecuador de su caso. Cuando el pasado mes de febrero, el Tribunal Supremo del Reino Unido aprobó su extradición a Suecia las cosas empezaron a torcerse. Julian Assange, de 41 años, “no teme” ser extraditado a Suecia, pero entiende que la fiscalía del país escandinavo, donde “no recibiría un juicio justo”, desoirá los argumentos de su defensa, liderado por el magistrado Baltasar Garzón, y no pondría impedimentos en ceder el relevo a los Estados Unidos para juzgarle.

“Cruzar el charco” para Assange será la antesala de su debacle. La enemistad confesa de varios sectores de la política conservadora en los Estados Unidos contra el australiano hace que su seguridad peligre nada más pisar suelo estadounidense debido a la “persecución política” que lleva recibiendo. No es sólo la constancia de que pueda verse acusado por los delitos de espionaje, traición y colaboración con el enemigo, sino la realidad de que en algunos estados la pena máxima sigue siendo la de muerte.

Es por ello que aboga por jugar su última carta, la del asilo político en Ecuador, lo que ya ha levantado ampollas en Estados Unidos, cuyas relaciones con el país andino parecen volver a ser normales tras las polémicas desveladas por WikiLeaks. A raíz de un cable desvelado en el periódico EL PAÍS sobre una supuesta trama de corrupción política en Ecuador, se dio pie a la expulsión del embajador estadounidense en Quito, Heather Hodges; cuya respuesta por parte de Estados Unidos fue la misma.

En una entrevista posterior a esta expulsión, realizada por la cadena Russia Today, el fundador de WikiLeaks habló con el presidente Rafael Correa sobre la expulsión del embajador estadounidense, así como de las diversas revueltas en la capital ecuatoriana y la presencia estadounidense en Latinoamericana. Tras una conversación cercana a la media hora de duración, Assange vio ante sí un pequeño atisbo de esperanza.

Con anterioridad, Rafael Correa defendió públicamente a Julian Assange asegurando que “estamos abiertos a darle la residencia de Ecuador, sin ningún tipo de problema”. En caso de confirmarse, Correa recibirá con los brazos abiertos al “club de los perseguidos”, como se despidió de él en la entrevista, a una de las personas más polémicas de los últimos años, cuya vida y obra daría para más de una película.

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