sábado, 11 de septiembre de 2010

9 años de aquel 11 de septiembre


Aún recuerdo esa día. Aunque hayan pasado ya nueve años, sigue siendo una fecha de luto y recuerdo por las víctimas de uno de los atentados más sanguinarios perpetrados en el siglo XXI.
Este tipo de acontecimientos, con el paso de los años, queda grabado en el subconsciente de las personas, y podemos recordarlo con: "¿Dónde estabas cuando ocurrió el atentado del 11-S?".
Yo podría dar la mía. Fue un martes cualquiera, sin novedades. Al día siguiente empezaba el colegio y ya preparaba la mochila para arrancar con el nuevo curso, aunque esa tarde hacía la última escapada de las vacaciones, ya que tenía que ir al médico. Suena poco a escapada, pero ir a Madrid me encantaba de pequeño, fuera por el médico o por ir a visitar algo.
A eso de las dos, como hacíamos en aquella época del año, nos disponíamos a comer en la terraza mi hermano y yo. Yo contaba con apenas nueve años, él tenía cuatro años. Y en televisión, concretamente en Antena 3, echaban otro episodio de Los Simpson. Como dije antes, no pasaba nada. Calor y poco más.
Pero eran apenas las tres menos cuarto, cuando dejaron de emitir la serie para dar paso a las Noticias de la tarde, aquella sintonía que ya ha cambiado, aún la recuerdo en mi cabeza. Las presentaba Matías Prats, cuando tenía que dar las noticias de las tres. Y me acuerdo que dijo que, al parecer, había chocado una avioneta contra una de las torres del World Trade Center. Conectaban en directo con el corresponsal de la cadena en EE UU, Ricardo Ortega, que fue asesinado, años más tarde, mientras cubría una manifestación de opositories a Jean Betrand Aristide en Puerto Príncipe, capital de Haití.
Dejamos todo lo que estabamos haciendo en aquel momento yo, mi hermano y mi madre, y nos pusimos en el comedor. Cada uno con sus preocupaciones, pero fijos en el televisor. Recuerdo que mantuve mucho tiempo el puño apretado en la barbilla, hábito que no me ha abandonado desde entonces, mientras veía aquello. Ninguno sabía realmente que aquello se trataba de un atentado de gran escala, sólo que una avioneta se había chocado y ya está.
Al poco rato, hablaba de nuevo Ricardo para avisar a plató de que un segundo avión -ya no uso el término avioneta- había impactado contra la otra torre, y en la cámara se vio una gran bola de fuego que subía, convirtiéndose el plano en un pasaje del Infierno de Dante.
Sin palabras. Ni un murmullo se oyó en unos cuantos minutos. Nade de nada, hasta que soltamos un: "Dios mío". Las manos a la cabeza, resoplos, negaciones con la cabeza y repitiendo: "Dios mío, ésto no puede estar pasando de verdad". Costaba hacerse a la idea de lo que realmente estaba pasando en Nueva York.
Las Torres Gemelas, baluarte e icono del que fue el World Trade Center, fueron construidas en 1968, siguiendo el diseño del arquitecto Minoru Yamasaki. En 1993, las torres fueron víctimas de un atentado terrorista con un coche bomba, cuya autoría final recayó sobre Al-Qaeda. Ocho años después, volvieron a aparecer en el mismo sitio.
Llegaban noticias dispares, que oíamos con escepticismo. Aviones que decían haber sido secuestrados, que no eran sólo las Torres Gemelas, sino también el centro neurálgico de Washington, en el que estaban la Casa Blanca, el Capitolio y el Pentágono.
Más tarde, confirmaban ésto último, que el Pentágono fue víctima de un atentado.
No se puede olvidar tampoco el diálogo que mantuvieron Matías Prats y Ricardo Ortega cuando hacían la conexión en directo. Las imágenes decían todo. Al igual que TVE, cuando Ana Blanco también informaba de aquello.
Yo apuntaba como un loco en folios todos los datos que decían en los telediarios. A veces hacía zapping en otras cadenas para ver si daban otra imagen del atentado. Ahora me acuerdo de cómo apuntaba todos aquellos datos, llegué a llenar más de tres folios, Ya el número exacto no puedo asegurarlo. Pero sé que ahí empezó mi afán por el periodismo. Devoré todos los periódicos de información general en los días siguientes para saber más de aquel atentado.
Me separaban de Nueva York miles de kilómetros, pero lo tenía tan cerca a la vez que me impactaba enormemente.
Vimos caer las dos torres. Un sudor frío nos invadió. Sabíamos que allí tenían que haber muerto centenares y centenares de personas, sepultados por toneladas y toneladas de hormigón y hierro.
Tuve que irme de casa rápidamente, porque teníamos que ir al médico a Madrid. En Norte, la esplanada que está en Príncipe Pío, cogimos un taxi, y me acuerdo que el taxista sintonizó la radio y empezó a comentarnos novedades del atentado. Íbamos hacia el hospital y recuerdo que dijo: "esto no es un simple atentado, esto es un atentado muy bien organizado". Podía ser la antesala de una hipotética Tercera Guerra Mundial.
En esto último más bien nos equivocamos, pero bien es verdad que la administración de George W. Bush respondió con dureza a las acciones del 11 de septiembre del 2001, iniciando bombardeos sobre Afganistán para buscar a Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, la organización terrorista autora del atentado. La Guerra de Afganistán, cuyos objetivos principales son el derrocamiento del régimen talibán y acabar con los campamentos de Al Qaeda, sigue aún vigente.
En total, fueron cuatro los aviones secuestrados el 11-S. Los vuelos 11 de American Airlines y 175 de United Airlines, que chocaron contra las Torres Gemelas. El vuelo 77 de America Airlines, que cayó en el Pentágono, y el vuelo 93 de United Airlines, que colisionó en un campo cercano a Shanksville, en Pensilvania, y que se hizo más famoso aún por la película United 93, que recrea los últimos minutos de los pasajeros de ese vuelo, que hicieron frente a los secuestradores e intentaron tomar los mandos del avión, antes de que éste se estrellara.
Aquel 11 de septiembre, murieron 3.017 personas, incluyendo los terroristas. Así como más de 6.000 heridos. Un atentado de grandes magnitudes sin duda, cuyo recuerdo sigue aún en nuestras mentes, y que cada año se homenajea.
En la actualidad, el solar dejado por las Torres Gemelas está envuelto en polémica, porque a pocas manzanas del lugar, se pretende construir una mezquita, cosa que ha enfurecido bastante a diversos sectores de la sociedad estadounidense, llegando a amenazar con la quema de diversos coranes, afirmación dicha por Terry Jones, pastor evangelista. Cada cual tiene su propia opinión. Yo soy de la opinión que construir una mezquita cerca del lugar del atentado es provocador y conllevará más polémica y odio hacia la población musulmana.
Para terminar esta entrada de blog, que recuerda cómo viví aquel día, quisiera rogar porque nunca más ocurra algo de este horror tan difícil de olvidar. Os dejo el vídeo que comenté de Matías Prats y Ricardo Ortega. El primer telediario que puse para ver qué pasaba en Nueva York aquel fatídico martes 11.

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