C'est fini. El sueño olímpico de Madrid se desvanece. Como una macabra broma del destino, Madrid, por segunda vez consecutiva, ha estado a las puertas de cumplir uno de sus sueños más deseados, organizar los Juegos Olímpicos. Da rabia ver como el esfuerzo de miles y miles de voluntarios volcados con la causa no ha sido suficiente para dar ese último paso importante en este duro camino. Pero es que para ser sinceros, no partíamos con clara ventaja. Si eso, sólo por delante de Tokio, pues era la menos valorada, y a título personal, la peor de las cuatro.
El pasado domingo 27 de septiembre, la plaza de Cibeles congregó a más de 500.000 personas para celebrar el "´Día de la Corazonada". Esa imagen, que dio la vuelta al mundo entero, era el claro ejemplo de que el pueblo de Madrid quería los Juegos. El apoyo social de Madrid, y de España en general, ha sido un baluarte de nuestra candidatura. Nadie apoyaba tanto una candidatura como nosotros lo hemos hecho. Y más aún, con la esperanza de que tras el pinchazo por el 2012, consiguiéramos renovar nuestras fuerzas y empujar todos juntos otro sueño más grande, mejor diseñado y con unas motivaciones que ni los titanes griegos serían capaces de derribar.
Ayer, 2 de octubre del 2009, quedará marcado en el recuerdo colectivo madrileño, por ser uno de los días más tristes para el deporte español. Todos nuestros sueños, nuestras "corazonadas" estaban fijas en Copenhague (Dinamarca). Donde más que nunca, el espíritu de Madrid estuvo presente. Los portavoces de nuestras peticiones eran (sinceramente) una de las mejores delegaciones que se hayan podido presentar. A la cabeza de este proyecto, obviamente, estaba el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz-Gallardón, junto a la presidente de la Com. de Madrid, Esperanza Aguirre; José Luís Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, Raúl González Blanco, capitán del Real Madrid; Mercedes Coghen, delegada de la candidatura; su hija, Mónica Figar, jugadora de hockey; Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el deporte; Alejandro Blanco, presidente del COE; Juan Antonio Samaranch hijo, actual miembro del COI; Juan Antonio Samaranch senior, presidente honorífico del COI, la Infanta Doña Pilar y Su Majestad el Rey Juan Carlos I. ¿No era mal cartel, verdad?
Sabíamos que era complicado, pero eso no nos hecho atrás. Sabíamos que no partíamos con ventaja, pero eso no nos hecho atrás. El empuje de los voluntarios y del pueblo madrileño eran el viento que daban vida al barco de Madrid 2016.
Nuestros tres rivales a batir eran Chicago, Tokio y Río de Janeiro. ¿Qué podemos decir de ellas?
Chicago: partiendo de la base de que los JJ.OO de Atlanta '96 fueron de los peores que se hicieron en tiempo, quizás el COI se lo pensó mejor. El único tirón a su favor lo daba Barack Obama, que apostó por su ciudad como baza importante. El factor Obama, como lo llamo yo, no sirvió de nada al final.
Tokio: nada a favor. Polución, escaso interés de la sociedad nipona y poco desarrollo en las infraestructuras a realizar.
Río de Janeiro: en su parte negativa, la falta de seguridad que hay, la escasa capacidad hotelera que afronta actualmente y una economía -al igual que la española- aún en el pozo. A su favor, es que es la primera candidatura para celebrarlos en América del Sur.
Llegó el momento de presentar nuestra candidatura al mundo. Salimos convencidos y desde nuestras casas nos veíamos ya ganadores. La participación de nuestra delegación dio buenas vibraciones y los videos de nuestra candidatura nos dieron posibilidades y de afirmar al mundo entero <<¡Mirad qué bonito es Madrid!>>.
La participación de J.A. Samaranch senior y de S.M. Juan Carlos I; eran las bazas principales de Madrid. Al primero le debemos Barcelona '92 y al segundo ser el Rey de España.
Con las votaciones ibamos ya nerviosos. Primera eliminada... ¡Chicago! Para nuestra sorpresa así fue. No nos creíamos eso, ya que salía favorita para llevárselos. La segunda en despedirse fue Tokio. Fue también sorpresa, pues muchos pensábamos que sería la primera en decir adiós. Más que exaltados ahora. Los nervios a flor de piel. Y más que nunca, para muchos, la "corazonada" salió a flote. Pero no pudo ser.
Río, consiguió convencer a los miembros del COI, con un mapa del mundo. Ese mapa del mundo, mostraba la cantidad de juegos celebrados en todo el mundo. En América del Sur no había ningún marcador, al igual que en África. Ese fue un factor importante (casi decisivo), amén de que hay una "regla no escrita" por la que nunca se celebran en dos ciudades del mismo continente de forma consecutiva. Londres los hará en el 2012, y Madrid pujaba por hacerlo en el 2016.
Algunos miembros de la delegación española, lo califican de "tongo"; pues parecía cierto de que Río se los llevaría antes de empezar la votación. Verdadero o falso, ya no hay marcha atrás. Los miembros de la delegación de España, no pudieron evitar soltar lágrimas de desconsuelo, entre ellos, el alcalde de Madrid, Ruíz Gallardón. Él es quien más ha sufrido con todo esto, pues fue idea suya proponer los juegos para Madrid 2012 y 2016.
El único consuelo (si es que es posible) es que cabe la certeza de que Madrid lo intentará de nuevo, sólo hace falta saber quién se atreverá con ese sueño, ahora más tabú que antes. Podemos acordarnos de Barcelona '92 y pensar que fue un ejemplo de superación. Si Madrid los consigue, la superación no será un sueño, sino una realidad.
Tengo la gran suerte de haber nacido el año anterior a los JJ.OO. de Barcelona '92.
Casi puedo decir que me acuerdo nitidamente de cómo era Cobi. Y como no, de Barcelona, cantada a dúo por Montserrat Caballé y Freddy Mercury; aunque lamentablemente, Freddy murió antes de poder celebrarse.
Cerremos ahora la caja del sueño olímpico madrileño con llave. Habiendo metido nuestros esfuerzos y nuestras ilusiones, para que dentro de muchos años, los que nos sucedan, la abran, y viendo la ilusión con la que presentamos el proyecto al mundo, quieran honrarnos intentando llevar de vuelta a España unos juegos que Madrid anhela como nunca. Como dijo Freddy Mercury en la canción Barcelona:
Wish my dream would never go away.
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