sábado, 24 de octubre de 2009

Cumplí un sueño

Por fin lo conseguí. Conseguí que La Oreja de Van Gogh, grupo al que adoro desde sus orígenes, me firmara su último disco, un unplugged en acústico titulado Nuestra Casa a la Izquierda del Tiempo. Versiones nuevas y viejas se han mezclado en este disco. Algunas canciones las repites hasta la saciedad, y otras no llegan a convencerte totalmente.
Cuéntame al oído es una de las primeras canciones que se han promocionado de este nuevo disco. Un comienzo más moderno, alejado de aquel clásico cantado por Amaia. La incorporación de la Orquesta Sinfónica de Bratislava con violines, violas y contrabajos da ese toque nostálgico, clásico y romántico que deseábamos para algún disco. También se añadió para esta canción un coro con niños y niñas, que le da más emoción si se puede a la canción. Una canción para enamorarse, para sentir nuevas sensaciones.
Las otras no tienen desperdicio. El último vals mantiene con el toque de violines lo que daban Xabi y Pablo con el sintetizador y las guitarras, respectivamente. Sobre todo se nota en el intermedio de la canción, justo después del primer estribillo, camino de la segunda parte.
Si alguna vez nos hemos emocionado con La Playa, ¿por qué no hacerlo con esta nueva versión? Todas las versiones hechas de esta canción recogen un sentimiento, una emoción dificil de explicar. Es para muchos la mejor canción hecha por el grupo. Y en opinión personal, una de las que más hacen llorar, una de las más emotivas y que más sentimientos hace aflorar.
Versiones como Rosas, 20 de Enero o Jueves continúan tras La Playa. Habrá opiniones para todo, algunos pensarán que no son mejor que las originales. Y puede que sea así, pero teniendo en cuenta que han cambiado de cantante, no se puede negar el cambio.
Una novedad en el disco, es Loa Loa, nana típica euskalduna.
París, Soledad, Deseos de Cosas Imposibles o Puedes Contar Conmigo terminan el disco (salvo "París", con la que comienza). Un disco en el que se versionan doce de las canciones del quinteto donostiarra. Sensaciones nuevas mezcladas con recuerdos añejos.
No podré olvidar ese miércoles 21 de octubre, cuando me firmaron el disco los cinco. Cuando hablé con Leire, le di dos besos e intercambiamos unas palabras en euskera, fue un momento que quise que se me hiciera eterno. Un saludo a los demás componentes y unas palabras para rematar la faena con Pablo Benegas fueron la tónica de una de las mejores tardes de mi vida. Un regalo de cumpleaños anticipado. Obviamente, las palabras intercambiadas con Leire son secreto. Y el esfuerzo final de aquella tarde dio como resultado la tan esperada foto mía con la cantante, Leire Martínez Ochoa.
Muchas gracias por una de las mejores tardes de mi vida. Eskerrik asko!

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