sábado, 26 de septiembre de 2009

21 días con...

El programa que periódicamente televisa Cuatro, 21 días, está cada vez más concienciado con la realidad que muchas familias viven en España. Ante todo hay que darle un gran aplauso, dos besos, un chapó a la reportera que se mete en la piel de los protagonistas de sus reportajes. Esta periodista catalana, Samanta Villar, que pasó por los estudios de TV3 y España Directo, ha conseguido que los televidentes contemplemos la realidad social de este país.
Ayer no me quise perder la cita con el televisor. Esta vez tocaba 21 días viviendo la crisis. A Samanta Villar le tocó coger el puente aéreo y trasladarse al archipiélago canario donde viviría con una familia tres semanas, sintiendo los mismos pesares que ellos, por culpa de la crisis y el paro consecuencia de la misma.
Si hay algo que no puedo soportar de este programa es ver la cara de tristeza y de impotencia que sus protagonistas nos muestran. ¿Cómo se le dice a un hijo de 5 años que no hay dinero para comprarle un helado? ¿Cómo se le dice a una chica de 12 años que no podrá comprarse unos zapatos nuevos hasta dentro de un tiempo porque no hay dinero para ello? Da verdadera pena pensar que en un país europeo, en el comienzo del siglo XXI, estemos en una situación tan deporable. Y lo peor de esto es que las autoridades hacen oídos sordos a la voz del pueblo, que es la que verdaderamente importa.
¿Cómo es posible que haya familias enteras en España en la que todos sus miembros están en el paro y no tengan remuneración económica? Esto es una realidad, pese a quien le pese. Ayer, viendo a aquellas familias padeciendo las consecuencias más graves de la crisis a la que nos enfrentamos me preguntaba ¿y si los políticos pasaran también por esto? ¡Habría que verlos en esta situación! Políticos; esos seres que no hacen más que discutir en el Congreso de los Diputados y tirarse los trastos unos a otros porque no saben manejar la situación de un país, que de no controlarse irá a peor.
Esos seres que ganan hasta 3.000 y 4.000 euros mensuales por poner sus santas posaderas en un butacón y escuchar a sus líderes de partido diciendo que son lo mejor y que los problemas terminarán. Imaginarme a Zapatero, Elena Salgado, Leire Pajín, Mariano Rajoy, Soraya S. de Santamaría... padeciendo esto. Me hace gracia.
No creo que ni aguantaran una semana como ella ha tenido que hacer. Aunque por suerte para ella sólo han sido tres semanas, porque recordemos que hay familias cuya realidad vivida en esas tres semanas es el pan de cada día.
Samanta Villar se ha ganado, para mí, el reconocimiento que le falta a muchos periodistas conocidos. Si algún día, como futuro compañero de profesión, me tocara entrevistarla, lo haría con mucho gusto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario