miércoles, 1 de julio de 2009

Tarde de colas y atropellos


Ayer, no era muy recomendable estar en los aledaños del estadio Santiago Bernabéu, anfiteatro del sentimiento madridista. ¿Quién me diría a mí; rojiblanco (bilbaino para detallar mejor) que iba a ir a la presentación de Kaká?
Incluso con dos horas de antelación las colas eran kilométricas, tanto que tuvimos que darnos la vuelta entera, y estar cerca de la tienda del Real Madrid, que estaba en la otra punta de la entrada. Una cola que pasaba lentamente, el atropello de gente que se colaba y la multitud silbando a aquellos que -como podían- se colaban delante y el habitual grito de ¡Hijos de puta! ¡Hijos de puta! Tanta gente acumulada por metro cuadrado no es bueno, tu sentido del olfato se puede ver seriamente dañado si estás pegado, muy pegado, a la gente.
Colas de record, para luego de repente, salir a la carrera como almas que lleva el diablo, o en este caso Kaká. Yo, haciendo mi condición de cojo, pasé de correr y deje que mis amigos de fatiga se fueran corriendo, aunque luego les diera alcance.
Los medios deportivos aseguraban que las cifras de aficionados que inundarían el estadio rondarían entre 20.000 y 30.000. Craso error; más del doble de esta cifra; entre 50.000 y 60.000; o sea se, casi tres cuartas partes del estadio. Nos tuvimos que conformar con estar en el tercer anfiteatro de la torre A; lejos del centro de atención.
Pero, analizando la posición, parece una buena zona para ver un partido de fútbol.
La presentación en el campo tuvo un principio con aire romántico, con la aria que mundialmente hizo famosa Luciano Pavarotti, Nessun Dorma. Personalmente una de las piezas más emotivas y que te hace llorar aunque no quieras. Su final -quizás- puede significar mucho para los madridistas: all'alba vincerò! (al alba venceré); una forma de indicar al FCB que aún siguen siendo el mejor club del s. XX (declarado por la FIFA) y que con las incorporaciones de Kaká, CR7, Albiol y demás quieren dar tralla tanto al Barça, como a otros equipos (incluido el mío).
Con un Florentino Pérez que sabía cuando hacer las pausas para que la gente aplaudiera y con Di Stefano, como siempre, magnífico, comenzó su presentación ante la afición. Ocultado en un tunel de lona azul, aguardaba impaciente el jugador brasileño. Fuimos los que estabamos de espaldas a él, quienes descubrimos el dorsal que ocupará en el Real Madrid: el 8 (cedido por Gago).
Tras una multitud de silbidos en favor de Kaká, y gritando que botara, tras dar el discurso se presentó ante los madridistas con su dorsal.
El final fue para mi lo mejor, una presentación de Kaká desde sus inicios hasta su etapa con Brasil y el Milán; con la canción Right Now de Van Halen, que imponía.
La salida del estadio para incorporarnos a la calle fue apoteósico. La acumulación de gente nos impedía avanzar y el paseo de Concha Espina parecía una trampa humana, toda la gente acolpada ahí sin avanzar. Hasta el metro estaba igual. Viendo que no ibamos a avanzar, decidimos subir la Castellana para picar algo después en un establecimiento de comida rápida -no detallo nombres- para después entrar en Cuzco; que seguía infectado de gente, pero menos que en la parada de Santiago Bernabéu. Ni siquiera al llegar al final de la linea, en Puerta del Sur, se podía pasar por el vagón tranquilamente.
Si esto ha sido con Kaká, y que fueron casi 65 millones de €; con Cristiano Ronaldo (96 mll. €) no quiero ni saberlo, para ese no voy, que mi pierna y yo necesitamos tiempo de reposo; que aún no estoy recuperado del todo.
En definitiva, bem-venido Kaká a la mejor liga de fútbol del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario