Tras la dimisión de Álex de la Iglesia como presidente de la Academia por sus discrepancias con la ley Sinde, la Academia inició un proceso de cambio el pasado año que pasó por celebrar en el mes de abril elecciones para suceder al director vasco al frente de la institución. Con la proclamación de la candidatura del presidente de Alta Films
Enrique González-Macho, frente a la del director Bigas Luna, se dio comienzo a una nueva etapa acompañado de la actriz
Marta Etura como vicepresidenta primera y la directora y guionista
Judith Colell como vicepresidenta segunda.
Una de las primeras medidas tomadas por el nuevo equipo directivo fue la de excluir para las siguientes ediciones de los
Premios Goya a los menores de dieciséis años en las categorías de mejor actor o actriz revelación. Una medida que hasta entonces no había sido tenida en cuenta, y que dio la oportunidad a seis menores de esta edad de subir al escenario a recoger su premio. Los últimos dos los vimos el pasado año, Marina Comas y Francesc Colomer, por ambos papeles en
Pa Negre, ganadora a la mejor película de la XXV edición.
En su defensa, el presidente Enrique González-Macho matizó que se hizo por dos razones: “Una, por protección al menor. Creemos que un goya implica una exhibición personal demasiado pesada que puede afectar a su crecimiento, y dos, por una cuestión de obligaciones legales que no pueden cumplir, como es pagar cuotas o votar. Lo hemos consultado con psicólogos y pedagogos que nos han recomendado tomar esta decisión”.
Esta decisión estuvo en boga de la sociedad y de los interesados en el cine. Mientras que unos debatían que era injusto privar a jóvenes talentos de un reconocimiento oficial, otros veían en ello una medida que hacía falta, para protegerles del foro mediático que ello supone. Esta prohibición para nada cierra las puertas al reconocimiento por una película, aunque prive de alzarse con una estatuilla hasta tener más de dieciséis años. Tales son los casos, haciendo una retrospectiva, de
Ana Torrent, por papeles como
El espíritu de la colmena (1973) o
Cría cuervos (1975) o
Icíar Bollaín, por la película
El sur (1983).
Desde 1998, primer año en que un menor ganó el
goya, hasta la pasada edición del 2011, seis jóvenes actores y actrices han conseguido alzarse con la estatuilla. Algo que ya queda para el recuerdo colectivo:
Andoni Erburu (9 años), por Secretos del corazón (1998):
El más joven de los seis fue el primero en obtenerlo gracias a su papel de Javier en la película de
Montxo Armendáriz, ganadora de cuatro estatuillas y candidata en los Oscar a mejor película de habla no inglesa. Después de este papel, actuó en
Jardines deshabitados (2000) y
Silencio roto (2001), nuevamente con Armedáriz. Tuvo un papel temporal en la serie de ETB,
Goenkale. En la actualidad, está desligado del mundo del cine.
Juan José Ballesta (13 años), por El bola (2001):
Achero Mañas hizo posible que el madrileño diera emoción a su papel en
El bola. La historia de un chaval de 12 años que sufre maltratos por parte de su padre. Una historia con altos y bajos, como la escena de ‘La Lanzadera’ del Parque de Atracciones, que convenció al jurado en dicha edición de los Goya, ganando, además del revelación, el de mejor película, mejor dirección novel y mejor guión original. Tras este logro por parte de Juan José Ballesta, ha seguido ligado al mundo del cine, teniendo papeles en
El viaje de Carol (2002),
Planta 4ª (2003),
7 vírgenes (2005) o, más recientemente, en
Bruc, el desafío (2010).
Ivana Baquero (12 años), por El laberinto del fauno (2007):
La película de
Guillermo del Toro no fue el primer papel de esta barcelonesa. Ha trabajado con los directores de
REC, Jaume Balagueró y Paco Plaza. Con éste último comenzó su andadura en el séptimo arte con
Romasanta: la caza de la bestia (2003), más tarde continuó con
Frágiles (2005) de Balagueró y nuevamente con Plaza en
Cuento de Navidad (2006), antes de que el mexicano la llamara para el papel de Ofelia. Posteriormente a
El laberinto del fauno, ha trabajado en
La hija del anarquista (2008) con Juan Diego Botto y dado el paso a Hollywood, donde participó junto a
Kevin Costner en
The New Daugther (2009).
Nerea Camacho (12 años), por Camino (2009):
La actriz almeriense sorprendió y emocionó con su papel en la película de
Javier Fesser. Siete goyas la convirtieron en la estrella de la noche, incluyendo mejor película, mejor director y mejor guión original. La emotiva historia de
Camino metió al público en el bolsillo, no antes sin polémica con respecto al Opus Dei. La propia actuación de Nerea Camacho se superó, afirmando que el acto de raparse el pelo para dar vida a Camino tras su última operación resultó un hecho decisivo, y un antes y un después en su joven carrera como actriz. Tras su colaboración con Fesser, ha trabajado en las adaptaciones de las novelas de Federico Moccia:
Tres metros sobre el cielo (2010) y en su continuación
Tengo ganas de ti, así como en
La chispa de la vida, la última del director Álex de la Iglesia.
Marina Comas (14 años) y Francesc Colomer (13 años), ambos por Pa negre (2011):
Agustí Villaronga y
Pa negre fueron los vencedores de la pasada edición al alzarse con nueve estatuillas, entre ellos colándose en las dos categorías revelación. Dos casos opuestos, pero parejos. Marina Comas había tenido experiencia previa en televisión, mientras que Francesc Colomer no la tuvo. A ambos les llegó su primera oportunidad en el cine de la mano de Villaronga con
Pa negre con sendos triunfos. Después del proyecto, han tomado caminos distintos. Mientras que Francesc está dedicándose a sus estudios, Marina los compagina con su siguiente trabajo cinematográfico,
Els nens salvatges de Patricia Ferreira.
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