domingo, 17 de abril de 2011

Malversionando los cuentos infantiles


JON BURGOA | Madrid
El pasado viernes 15 de abril se estrenaba en nuestras carteleras la versión en carne y hueso de uno de los clásicos de nuestra infancia, el cual muchos nos habrán contado antes de ir a la cama alguna vez: Caperucita roja. Muchos de nosotros conocemos la versión cuasi moderna de esta historia, la que recogieron en el siglo XIX los hermanos Grimm; aunque el cuento parte como una leyenda europea de la Edad Media.
Parece que nos encontramos ante una sacudida por parte de los estudios de Hollywood de versionar todos los clásicos que introdujo en el cine hace décadas, principalmente, Disney. Proximamente, aunque no hay fecha fija, podremos ver en la gran pantalla la nueva versión de Blancanieves, que actualmente está en proceso de preproducción y que estaría protagonizada por Kristen Stewart, aunque tampoco se puede confirmar de momento. Hugh Jackman o Viggo Mortensen entraban en los planes de la productora, pero ambos han rechazado interpretar al cazador.
Quien está al frente de este proyecto es, nada más y nada menos, la directora de la primera película de la saga Crepúsculo, Catherine Hardwicke. ¿Y por qué este detalle? Quien lea esta entrada se puede hacer esa misma pregunta, y es que nos encontramos ante una producción hecha a imagen y semejanza de su gran (como catalogan algunos) obra. Muchos decimos que la batuta de un director de cine marca el ritmo y la forma de hacer una película. Éste es un ejemplo de cómo fastidiar un cuento infantil además de, valga la redundancia, una película. No logra una versión ambientada, y se encuentra a años luz de la más que lograda Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton.
Volviendo al tema crepusculario, comparte cierta temática: paisajes lúgrubes, chica indefensa, hombre lobo... Si no fuera porque sabemos como acaba esta historia, nos encontraríamos ante otro caso de relación zoofílica en el cine.

¿Qué nos cuenta esta película?
Centra la acción en la vida de Valerie (Amanda Seyfried), quien tiene una lucha interna por dos hombres; un forastero del que está enamorada, Peter (Shiloh Fernandez), y el hombre con el que se tiene que casar por un matrimonio concertado, Henry (Max Irons). Peter huye con Valerie cuando descubren que su hermana mayor ha sido asesinada por un lobo que ronda el bosque cercano a la ciudad.
Durante años, la gente había tenido una tregua con la bestia, ofrecíéndole un sacrificio de un animal cada mes. Con la luna llena roja, el lobo ha ido más allá de las estacas y se ha llevado una vida humana. Con hambre de venganza, la gente llama al famoso cazador de lobos, el padre Solomon (Gary Oldman), para que los ayude a matarlo, pero la llegada de Solomon trae consecuencias cuando advierte que el lobo, que tiene forma humana de día, es uno de ellos, y que puede ser alguien cercano a Valerie.

Tiene como principales protagonistas, como antes se ha puesto, a Amanda Seyfried (Mamma Mia!, Querido John) y a Gary Oldman (Drácula, Harry Potter). Un gran chasco que me he dado con Oldman. Aquel que me produjo miedo Hannibal o en Drácula de Ford Coppola ha reducido su semblante a ésto...
Decisión vuestra es la de ir o no ir a ver una variación de Crepúsculo. Al fin y al cabo, esta moderna Caperucita es una mala versión de un cuento de hadas.

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