Otro año termina, y puedo garantizar que este blog ha sufrido un cambio revulsivo en su forma y ser. Sin duda, podré recordar este año como el del jueves lluvioso de abril en Onda Cero con Carlos Alsina, aquel miércoles de octubre, con tirón incluido por la carrera, en los estudios de Telemadrid con Ana Samboal, el viernes siguiente de fiesta universitaria, el escapulario y los santos de la familia el 16 de julio por el carné de conducir, el fin del primer año de facultad "sano y salvo", el concierto de Vega como homenaje a ese fin, la búsqueda insatisfactoria del coche -lo siento, David; seguiremos buscando coche el año que viene-, la lucha diaria por sacar adelante la carrera y los trabajos que el querido programa Bolonia nos otorga, el entretenimiento que nos ha dado Cómo conocí a vuestra madre, la gran trilogía que aquí se plasmó y que, a ciencia cierta, gustó, y muchas cosas más. Aroa y, nuevamente, David, gracias.
Estas son algunas de las buenas. En sí, no es para quejarse. Pero siempre se quiere más en este aspecto.
Despido este año lamentando el mal final que va a tener. Ayer no fue precisamente un buen día, todo lo contrario; y las consecuencias de ello, animicamente, hoy más que seguro que repercutirán.
Quería terminar, desde aquí, felicitándoos las fiestas y este fin de año. Esperemos que el 2011 nos traiga buenas noticias, que aunque no salgamos este año de la maldita crisis, sus efectos remitan paulatinamente hasta desaparecer por fin, y que este blog pueda seguir dándome la oportunidad de plasmar todo aquello que pase, ocurra o quiera decir.
¡Felices fiestas y feliz año 2011!
Zorionak eta urte berri on!
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