'Vivir es fácil con los ojos cerrados' vence en los Goya

Vivir es fácil con los ojos cerrados cierra su paso por la vigésimo octava edición de los Premios Goya como la gran ganadora de la noche al alzarse con seis estatuillas, entre ellas Mejor director, David Trueba, y Mejor actor protagonista, Javier Cámara. La cinta del madrileño sucede a la Blancanieves, de Pablo Berger, como la Mejor película española en este 2014, aunque la ganadora numérica ha sido Las brujas de Zugarramurdi, con ocho premios, incluido el de Mejor actriz de reparto para una emocionada Terele Pávez. Nuevamente, el mundo del cine español se ha reunido bajo una fortísima lluvia caída en Madrid en el Centro de Convenciones Príncipe Felipe para asistir a la fiesta máxima del cine español. Tras las antesalas dejadas por los Forqué y los Feroz, la presente edición ha quedado marcada por la ausencia del ministro de Cultura, José Ignacio Wert, quien a última hora se dio de baja por "complicaciones de agenda".

Bajo la batuta del showman catalán Manel Fuentes, esta edición ha estado pasada por agua, y no solo por la que acompañó la noche madrileña, sino por lo que ha sido el fallo de edición, lento y pesaroso en ciertos momentos de la gala, que este año ha bajado considerablemente de nivel con respecto a las anteriores, presentadas por Andreu Buenafuente y Eva Hache. La primera sorpresa de la noche la daba Javier Pereira, ganador del goya a Mejor actor revelación por Stockholm, una de las grandes novedades de este año que solo pudo llevarse una de tres estatuillas. Muy pronto se subió a las tablas el presidente de la Academia, Enrique González Macho, para presentar el discurso institucional de los premios. Nuevamente, González Macho ha reivindicado las circunstancias excepcionales por las que está pasando el cine y la industria cinematográfica española. Sin olvidar las penurias que los problemas de la piratería o la subida del IVA cultural están haciendo, el presidente ha vuelto a ser tajante en la defensa de los ideales de la industria, a la que ha deseado una gran suerte en el futuro cercano.

Seguía la gala y Las brujas de Zugarramurdi encadenaba hasta cuatro premios consecutivos, entre ellos el reservado a Terele Pávez. La actriz vasca no ha sorprendido al ser la ganadora por el magistral papel en la última de Álex de la Iglesia. Emocionada ha dado las gracias a su hijo y al director que la tiene de actriz fetiche. El mismo presidente fue el encargado de dar, ante el público asistente, el Goya de honor a Jaime de Armiñán, quien dejó algunas curiosidades en un discurso que fue chocante por el contenido y la duración. Así mismo, la gala ha deparado pocas sorpresas, pues han resultado ganadores todos aquellos que estaban en las quinielas desde que el pasado 7 de enero se sabían las nominaciones. La herida, de Fernando Franco, se ha llevado dos premios: Mejor dirección novel y Mejor actriz protagonista, para Marian Álvarez. La actriz Natalia de Molina ganaba el goya a Mejor actriz revelación por Vivir es fácil con los ojos cerrados, filme que se alzaba, para David Trueba, con el de Mejor guión original.

Esta 28ª edición de los Premios Goya ha dejado algunas películas vacías en sus casilleros. Todas las mujeres queda en el fondo de las ganadoras con un único premio, igual que Caníbal, ganadora de Mejor fotografía. La gran familia española, máxima nominada con 11, solo pudo recoger dos: Mejor canción y Mejor actor de reparto, para Roberto Álamo. Antonio de la Torre, que estaba nominado en la misma categoría que Álamo, no pudo llevarse el de Mejor actor protagonista por Caníbal, que recayó en Javier Cámara. El actor rompe su particular maleficio y consigue en su sexta nominación el esperado "cabezón". Fue una noche para romper gafes, o eso se debió pensar al darle el premio a Mejor director a David Trueba, que engalanaba su gran noche en homenaje a la canción de The Beatles y a Juan Carrión, el profesor al que da vida en la ficción Javier Cámara y que es el artífice de esta historia real.